El Efecto de la Edad Relativa: El caso de Sergi Altimira en el fútbol profesional
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El Efecto de la Edad Relativa: El caso de Sergi Altimira en el fútbol profesional

El “efecto de la edad relativa” es un fenómeno que afecta profundamente el desarrollo deportivo, especialmente en disciplinas donde el talento se evalúa desde edades tempranas. Este efecto ocurre cuando, dentro de una misma categoría de edad, los atletas nacidos en los primeros meses del año tienen ventajas físicas, cognitivas o emocionales sobre aquellos nacidos más tarde. En el fútbol, un ejemplo notable de cómo superar este obstáculo lo encontramos en Sergi Altimira, actual jugador del Real Betis, cuyo recorrido destaca por su desarrollo tardío.

El desafío del desarrollo tardío

Sergi Altimira nació el 25 de agosto de 2001, ubicándose entre los jugadores más jóvenes dentro de su categoría anual. En un entorno donde las diferencias de desarrollo físico y madurez emocional pueden ser significativas en edades tempranas, los nacidos en los últimos meses del año suelen ser percibidos como «menos talentosos». Esto se debe a que su desempeño inicial puede ser inferior al de compañeros más maduros, lo que disminuye sus oportunidades de ser seleccionados para equipos competitivos o programas de alto rendimiento.

En las primeras etapas de su formación en la masia del FC Barcelona, Altimira no figuraba entre los jugadores más destacados. Mientras otros se consolidaban en clubes de renombre o ascendían rápidamente en sus categorías, Sergi tuvo que enfrentarse a un desarrollo más pausado y trabajar de forma constante para superar las desventajas iniciales.

La persistencia como clave de éxito

El caso de Sergi Altimira demuestra que el talento no siempre es evidente a una edad temprana y que el esfuerzo, la paciencia y el apoyo adecuado pueden ser determinantes. Su carrera tomó impulso más tarde que la de muchos de sus contemporáneos, mostrando un crecimiento exponencial que lo llevó a convertirse en un jugador clave. Su paso por clubes como el Sabadell y, más recientemente, su llegada al Real Betis, subraya la importancia de valorar el potencial a largo plazo por encima del rendimiento inicial.

Altimira no solo desafió las barreras del efecto de la edad relativa, sino que su éxito refleja un aspecto fundamental del desarrollo deportivo: las capacidades físicas y técnicas pueden desarrollarse a diferentes ritmos. Los entrenadores y scouts deben estar atentos a los jugadores que, como Sergi, pueden explotar su potencial en una etapa más avanzada.

El aprendizaje que deja su trayectoria

El recorrido de Sergi Altimira sirve como inspiración para jóvenes deportistas que, debido a un desarrollo más tardío, pueden sentirse desalentados al no destacar en sus primeras etapas. Asimismo, plantea la necesidad de repensar los sistemas de evaluación en categorías inferiores.

El buen momento de Altimira, ya un titular imprescindible en el medio campo del Betis, es un recordatorio de que el talento no tiene un calendario fijo. Los clubes, entrenadores y familias deben fomentar entornos que permitan el crecimiento progresivo y valorar el esfuerzo continuo por encima de la precocidad. De esta manera, se abrirán puertas para que más jóvenes superen las limitaciones iniciales y alcancen su máximo potencial, como lo hizo Sergi Altimira en el mundo del fútbol.

(Fotografia de estadiodeportivo.com)